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Por sus dibujos, detectan diferencias en el desarrollo evolutivo de niños cordobeses

Un estudio exploratorio sobre las ilustraciones producidas por 175 chicos, de entre dos y 12 años, reveló que los menores de clase media superan ampliamente, en su mayoría, los niveles esperables de expresión gráfica para su edad, utilizan más el color e incorporan acciones en sus obras. Y aunque sus pares de sectores urbano-marginales inicialmente poseen una representación más adecuada de la figura humana, sus trabajos son menos creativos. Las investigadoras recomiendan el acceso temprano a la escolaridad para facilitar el desempeño académico y la adquisición de habilidades. [03.05.2010]

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Cuando dibujan formas libres, la mayoría de los niños de clase media superan con amplitud los niveles evolutivos esperables para su edad, tienen más desarrollada su creatividad -lo que pone en relieve la importancia de la estimulación de su ambiente-, incluyen acciones y utilizan más colores que los menores de sectores urbano marginales.

Como contracara, durante la fase preescolar estos últimos logran una representación más clara de la figura humana, lo que se adjudica a una percepción más concreta y vivencial del cuerpo propio. Y si bien los de estratos medios son capaces de reconocer y nombrar las partes del cuerpo, su representación gráfica presenta menos detalles, es más simple.

En general, ambos grupos se nivelan durante la etapa escolar e incorporan a sus ilustraciones los modelos del entorno social, como la televisión, la moda y los juguetes. Sin embargo, entre los 10 y 12 años, un elevado porcentaje de menores de sectores urbano marginales no alcanza los niveles evolutivos esperables en su expresión gráfica. La brecha es coherente con la diferencia de intereses y necesidades, estrechamente ligadas a sus situaciones contextuales, que orientan a unos hacia el mundo del trabajo y a los otros hacia el desarrollo intelectual.

Los datos son el resultado de un estudio exploratorio que comparó los dibujos de figuras humanas y formas libres confeccionados por 175 niños de la ciudad de Córdoba -96 de clase media y 79 pertenecientes a sectores urbano marginales-, de entre dos y 12 años. La recolección de las producciones se efectuó en escuelas, jardines y comedores que reciben a chicos provenientes de asentamientos en terrenos fiscales o villas de la periferia, así como de las guarderías y escuelas provinciales de barrios residenciales de la ciudad de Córdoba.

Llevada a cabo entre 2008 y 2009, la investigación fue impulsada por las integrantes de la cátedra "Psicología evolutiva de la niñez", de la Facultad de Psicología de la Universidad Nacional de Córdoba. Surgió con la intención de contrastar los postulados teóricos de la literatura psicológica tradicional de la primera mitad de siglo XX, con datos empíricos actualizados de Córdoba. Paralelamente, apuntó a recabar información concreta para delinear estrategias de intervención en el marco del programa de extensión "Salud integral del niño", que desde 1999 lleva adelante ese equipo en escuelas públicas, privadas y especiales de la capital y localidades del interior provincial, como Santa Rosa de Calamuchita y Alta Gracia.

El 
dibujo en niños de Córdoba¿Por qué es importante el dibujo en el desarrollo evolutivo del niño? Según las autoras, su relevancia radica en que constituye una forma de imitación de la realidad, un intermediario entre la imagen mental y el juego. Posee un fuerte componente cognitivo que refleja la comprensión, la representación espacial y el modo de concebir las cosas. A través de la ilustración, el chico representa lo que le interesa, preocupa o desea. Implica, además, un componente demostrativo de la transformación que va sufriendo la función motriz, desde movimientos que constituyen una verdadera descarga kinestésica (garabato) hasta las coordinaciones viso-motoras con las que es posible lograr la representación fiel de un modelo. Gracias a esta maduración, cuando el niño dibuja, llega a controlar sus movimientos y a desarrollar habilidades para la motricidad fina, además de acceder a la representación simbólica de objetos y sentimientos.

En los infantes, el dibujo también constituye un logro personal, una manifestación propia y singular, de quienes, en edad temprana, dependen de los demás.

María Elena Cordera, directora de la investigación, explica que representar objetos en un espacio bidimensional, como una hoja, un pizarrón o incluso la pared, distintos al espacio tridimensional donde habitualmente se mueve, demanda poner en juego diversas funciones y coordinar capacidades visuales, motrices y representativas que son plasmadas en una obra singular, en un área nueva (bidimensional).

Ocurre que la representación gráfica es un vehículo para la escritura, y allí radica la importancia de estimular a los pequeños que no alcanzan los niveles acordes a su etapa de desarrollo. La idea es que el niño pueda tener otros recursos para expresarse creativamente.

"En los infantes de los sectores más necesitados, que están más ligados a cuestiones concretas y realidades que los superan, el acceso a lo simbólico es más difícil, porque deja de ser un estímulo importante para ellos, ya que probablemente las necesidades concretas de la vida cotidiana los obligan a trabajar o a enfrentar situaciones que les impiden contar con los apoyos necesarios para acceder a este universo de la cultura, del símbolo", explica la especialista.

Conjuntamente con la experiencia de dibujar, el juego también desempeña un papel esencial en el avance de los niños. Practicar un deporte e integrar un equipo, le permite al niño evaluar los movimientos del resto de los jugadores, idear una planificación y una estrategia de acción. Esto está íntimamente relacionado con su desarrollo, porque traducir racionalmente esa práctica e intelectualizarla, también es una forma de acceder al símbolo y al desenvolvimiento social", subraya la investigadora.El dibujo en niños de Córdoba

En este sentido, señala que la situación es diferente para el chico que sólo juega el rato que permanece en la esquina “mientras limpia parabrisas de los autos". Lo que debe evitarse es que el juego se limite a la experiencia funcional de correr o realizar ejercicios físicos y se eluda el proceso de otorgar significaciones diversas, facilitadoras de la expresión afectiva, de la actividad cognitiva y comunicativa.

A partir de estos resultados, el equipo de investigación recomienda favorecer el acceso temprano a la escolaridad, para permitir la manipulación de materiales apropiados a la expresión creativa y al desarrollo del grafismo, esencial para facilitar el desempeño escolar y la adquisición de habilidades.

Paralelamente, las autoras proponen implementar estrategias de orientación para padres y docentes de manera que ambos puedan estimular el grafismo y el juego como conductas promotoras del acceso al símbolo, al universo del “como si...”.

Sobre las acciones de transferencia que se derivarán del trabajo, Cordera destaca que la investigación les proporciona elementos para ir a la escuela y transmitir a los maestros por qué el niño debe dibujar. “En ocasiones, nos hemos encontrado con ámbitos educativos donde se piensa que para el alumno siempre es más importante resolver un problema en la pizarra que dibujar, tarea considerada sólo desde la perspectiva del entretenimiento. De ahí que insistimos en re-significar al dibujo como actividad que contribuye al desarrollo integral del niño”, agrega.

Por otra parte, este estudio abre nuevas perspectivas a otro más amplio, ya iniciado, que intenta conocer con mayor precisión el modo como va transformándose la actividad gráfica en los niños cordobeses de sectores sociales de alto, medio y bajo poder adquisitivo.


Cuadratín G3  LA INVESTIGACIÓN   

· TÍTULO | "Estudio exploratorio acerca de la evolución del dibujo en niños de la ciudad de Córdoba (2008-2009)".

· LAS INVESTIGADORAS | María Elena Cordera, María Teresa Villagarcía, Beatriz Ceballos, Alejandra Bertolez, Lorena Codosea, Carolina Nanzar, María Inés Herrero, María Lucrecia Monesterolo. Cátedra de Psicología Evolutiva de la Niñez, Facultad de Psicología (UNC).

 

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